En cuanto a la datación del puente existe constancia de que ya en 1472 y 1473 se necesitó llevar a cabo ciertas reparaciones (Herrera García, Ant.), lo que evidencia que estamos ante una construcción muy anterior, al menos de la época de consolidación del dominio cristiano en estas tierras a mediados del siglo XIII, aunque es muy posible que ello supusiera una cierta pervivencia o continuidad de tan indispensable paso del río desde épocas muy anteriores que pudieran ser islámicas e incluso tardo romanas o propiamente romanas. A partir de 1532 se llevaron a cabo unas importantes obras de reparación, como así se expone en un expediente que se eleva al Emperador Carlos V (Herrera García, Ant.).
Hundido parcialmente en 1821, aún quedan varios arcos visibles de los catorce que existían, siendo estos restos parte de obras de reparaciones representadas en un plano fechado en 1725.
El cauce de las aguas ya no pasa por estos huecos pues su curso fue desviado, para conseguir tierras de cultivo y hoy en día se encuentra dentro de los terrenos del Paisaje Protegido del Corredor Verde del Guadiamar.
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