Explora Aznalcázar paso a paso.
Descubre senderos, paisajes y caminos llenos de historia que te conectan con la naturaleza y el alma del pueblo.
Explorar las rutas de Aznalcázar es emprender un viaje que entrelaza paisajes vivos con siglos de memoria rural y espiritualidad. Cada sendero que atraviesa este enclave andaluz nos lleva más allá de un simple paseo: es un invitación a recorrer antiguas cañadas, vados históricos y rincones naturales donde la vida aún respira al ritmo del campo y del silencio de Doñana.
Desde los pinares del Parque Natural hasta las marismas de la Dehesa de Abajo, pasando por caminos que utilizaron pastores, peregrinos y romeros, Aznalcázar ofrece itinerarios diversos para caminantes, ciclistas y jinetes. Rutas como el Corredor Verde del Guadiamar, antiguo cauce natural transformado en corredor ecológico, o el histórico Vado del Quema, donde miles de peregrinos rocieros se purifican antes de llegar a El Rocío, son solo algunos de los recorridos que combinan paisaje, historia y tradición.
Cada paso revela algo más: un mirador donde contemplar flamencos, un puente romano medio escondido entre la vegetación, una vía pecuaria que huele a tomillo y jara. Las rutas están señalizadas y adaptadas para diferentes niveles, y muchas de ellas son aptas para disfrutar en familia o en grupo, bajo la luz única de esta comarca sevillana.
Caminar por Aznalcázar no es solo desplazarse, es aprender a mirar el territorio con otros ojos, a escuchar el crujir de los pinares y el rumor del Guadiamar. Es, en definitiva, una forma de conocer el alma natural y cultural de este pueblo desde sus caminos más antiguos y auténticos.