En épocas históricas, Aznalcázar ha sido un importante bastión defensivo, vía de comunicación y encrucijada de caminos que favorecía el acceso de diversas poblaciones, a las zonas de pasto marismeño y al mar. Gracias a la elaboración de la Carta Arqueológica del término se pone de manifiesto la riqueza en yacimientos arqueológicos de todas las épocas.
Algunos historiadores identifican la actual Aznalcázar con la celtibera Olontigi, nombre conservado en época romana. El nombre actual de Aznalcázar deriva del árabe “Hazn-al-cazar” que significa fortaleza del Alcázar o del Palacio.
Según el Anuario Arqueológico de Andalucía de 1988(Dirección General de Bienes Culturales-Junta de Andalucía), el poblamiento de época Calcolítica es el más antiguo del que se tienen datos fiables. No faltan opiniones que sitúan en Aznalcázar la ubicación de Tartessos, y otras afirman que fenicios, griegos, cartaginenses, etc habrían dejado su impronta en estas tierras. Incluso, se ha encontrado monedas lo que confirma la existencia de una antigua población que acuñaba monedas.
La presencia romana en sus tierras dejó importantes huellas como el Puente Romano sobre el Río Guadiamar y el Recinto Amurallado del que se conservan aún algunos lienzos de muralla.
Este terreno corresponde con la parte más alta de la villa, probablemente enclave de los primeros asentamientos humanos en el zona, tal como parecen demostrarlo los hallazgos cerámicos y de monedas libio-púnicas. Además, ocupando el cabezo se encuentran los escasos restos de la fortaleza a la que debe su nombre actual este pueblo.
La parte romana se encuentra reducida casi exclusivamente a los cimientos y algunas construcciones subterráneas.
Actualmente, se este punto ha sido rehabilitada como parque de ocio y recreo, desde donde se puede divisar la vega del río Guadiamar.
(Declarado Bien de Interés Cultural en el año 1985)
Se constata el origen islámico, y más concretamente almohade, de la llamada Puerta del Arquillo. Esta estructura estaría relacionada militarmente con el resto de la cerca islámica, así como con la cercana mota del Alcázar.
Se trataba de una puerta de ingreso al interior del recinto amurallado del tipo Torre-Puerta de eje acodado con doble quiebro primero a la izquierda y luego a la derecha. El acceso a su interior se produciría desde el llamado Tránsito 1, de fachada perpendicular al lienzo de muralla, obligando a cualquiera que pretendiera su ingreso a mostrar su lado derecho desprotegido. Como vemos en la ilustración, para poder ingresar al interior de esta fortaleza debía salvarse esta primera puerta que se encontraba defendida por tres de sus cuatro flancos posibles. Tras torcer en ángulo recto hacia la derecha y pasar a través del Tránsito 2 se accedía al interior de la medina. Una peculiaridad es su ubicación inmediata frente a un quiebro en ángulo recto de la cerca proporcionando a su acceso un mayor resguardo.
El aspecto exterior actual, así como el sistema de puerta de entrada directa se debe a la gran reforma que supuso la construcción del Pósito municipal en planta alta posiblemente hacia el s. XVIII. La última gran actuación sobre el inmueble se realiza a fines del s. XIX o a principios del s. XX con la construcción de los edificios anexos y el traslado del puesto de Guardia civil.
En Aznalcázar se situaba el único puente sobre el río Guadiamar en el siglo XVI (Villuga, Juan de. 1546.) y fue verdaderamente relevante por la necesidades de comunicación a lo largo de la historia, entre Híspalis(Sevilla) y Onuba(Huelva) y posteriormente con la presencia de la importante ciudad islámica de Niebla entre ellas.
En cuanto a la datación del puente existe constancia de que ya en 1472 y 1473 se necesitó llevar a cabo ciertas reparaciones (Herrera García, Ant.), lo que evidencia que estamos ante una construcción muy anterior, al menos de la época de consolidación del dominio cristiano en estas tierras a mediados del siglo XIII, aunque es muy posible que ello supusiera una cierta pervivencia o continuidad de tan indispensable paso del río desde épocas muy anteriores que pudieran ser islámicas e incluso tardo romanas o propiamente romanas. A partir de 1532 se llevaron a cabo unas importantes obras de reparación, como así se expone en un expediente que se eleva al Emperador Carlos V (Herrera García, Ant.).
Hundido parcialmente en 1821, aún quedan varios arcos visibles de los catorce que existían, siendo estos restos parte de obras de reparaciones representadas en un plano fechado en 1725.
El cauce de las aguas ya no pasa por estos huecos pues su curso fue desviado, para conseguir tierras de cultivo y hoy en día se encuentra dentro de los terrenos del Paisaje Protegido del Corredor Verde del Guadiamar.
Durante muchos siglos fue la única fuente del pueblo; su pasado es remoto, y sus virtudes curativas se aprovechaban ya en época romana.
Esta fuente es una muestra máxima del barroco civil en Andalucía; el conjunto está formado por dos edificios fechados en 1773 y 1789, dos aljibes medievales y una alberca.
El arca de agua o aljibe se encuentra en el interior del pabellón mayor, construido en 1773 por los maestros alarifes Martín de Gelo y Pedro Franco, bajo la supervisión del maestro mayor de los Reales Alcázares de Sevilla, Ignacio Moreno; asentado sobre los caños, encierra un inmenso aljibe cubierto. Tiene una fachada principal con una hornacina central enmarcada por pilastras, en la que se abre un vano, sobre la cornisa se alza un frontón decorado con un icono de azulejos con la Stma. Trinidad. En 1789 se adosó a este edificio otro pabellón más estrecho rematado con icono de la Inmaculada Concepción. En el año 2000 fue restaurada.
Se encuentra además el PARQUE DE LA FUENTE VIEJA, con lugares de esparcimiento; mirador natural del Paisaje Protegido del Corredor Verde del Guadiamar, permite una visión cercana del río y su ribera.
Es una de las más bellas obras representativas del mudéjar sevillano(s.XIV). Consta de tres naves con cubierta de madera y separadas por pilares cruciformes. La cabecera de la iglesia está decorada con mosaicos del siglo XVI que alternan azulejos del XV. Las fachadas son de época posterior (s.XVI), la principal está decorada con almenas casi renacentistas, la de la epístola tiene una excelente labor de lacería mudéjar entre el arco y el alfiz que la enmarcan. La torre mudéjar, que parece fue alminar de una antigua mezquita, está exenta de la iglesia, y el cuerpo de campanas, decorado con azulejos, pertenece al último tercio del s. XVIII. Los artesonados y retablos de la iglesia se perdieron en un incendio en 1932.
En el interior destacan la imagen del Cristo de San Pablo(s. XVII)de estilo manierista, magníficas obras barrocas y una importante colección de orfebrería religiosa y libros.
Esta iglesia es, además, la sede canónica de la Real, Ilustre, Fervorosa y muy Antigua Hermandad de Santiago Apóstol y Cofradía de Nazarenos del Stmo. Cristo del Buen Fin, Mª Santísima de las Angustias y San Juan Evangelista de Aznalcázar.
Igualmente, es sede canónica de la Real, Ilustrísima y Muy Noble Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Aznalcázar
La antigua capilla de Ntro. Padre Jesús, que se encontraba anexa al Hospital de caminantes denominado “Cuerpo de Dios” (hoy desaparecido), fue derribada en 1968 para construir la actual, que se inauguró en 1970; remodelada posteriormente en varias ocasiones, alberga la imagen de Ntro. Padre Jesús del Socorro(s.XVIII). Un antiguo cuadro-tapiz en el interior de la Capilla, representa la Cruz de Jerusalen, insignia de Ntro. Padre Jesús.
Pertenece a la Seráfica, Real, Piadosa, Muy Antigua, Venerable y Muy Noble Hermandad y Cofradía del Stmo. Cristo de la Vera+Cruz, Ntra. Sra. de la Encarnación y Santa Mª Magdalena.
A pesar de ser una construcción moderna, alberga un retablo neoclásico.
Se conservan, desde hace siglos, cuatro cruces históricas situadas en los accesos a la localidad, siendo destacados elementos de la arquitectura tradicional, tanto por su ubicación como por su historia.
Interesante edificio del siglo XVII, adquirido por el Excmo. Ayuntamiento de Aznalcázar para su sede.